RECUERDOS
DE ITALIA, LA PATRIA DE NUESTROS ANCESTROS, CON ALGUNAS CRÓNICAS MÉDICAS.
Edgardo
Malaspina
VII
En
el Coliseo o Anfiteatro de Flavio, espacio para el ocio del pueblo romano,
recorremos los pasillos entre grandes
bloques de piedra. En una de esas paredes, en su parte más alta, está dibujado
un gran pene sobre un arco o fornix. Durante los espectáculos las prostitutas
recibían a sus clientes bajo esas bóvedas ; y de fornix, fornicar.
Observamos las ruinas del Coliseo: el suelo de
madera, el cual se cubría de arena para los combates, está cortado
especialmente para dejar ver el subsuelo, donde se alojaban las fieras. La
escuela de gladiadores, llamada Ludus Magnus, estaba unida al Coliseo por un
pasaje subterráneo, a través del cual se
trasladaban los combatientes hasta la arena. Me imagino a Galeno, en el siglo
II, socorriendo a los gladiadores heridos. A pesar de que Galeno hizo sus descubrimientos anatómicos y
fisiológicos en animales es muy probable
que haya comprobado sus experimentos estudiando las heridas graves de sus pacientes
luchadores.
El Anfiteatro de Flavio se popularizó con el
nombre de Coliseo porque muy cerca estaba una estatua gigantesca o colosal de
Nerón, el emperador que temía ser envenenado y por eso agregó a la poción de
Mitrídates carne de víbora porque las
mismas no mueren con su propio veneno,
suponía. Mitridatismo o resistencia a
los venenos es un término proveniente de Mitrídates IV, rey del Ponto (120-63
a.C), enemigo de Roma. Tomaba mezcla de venenos en pequeñas cantidades
diariamente para obtener inmunidad y no pudieran envenenarlo. Cuando fue
vencido no pudo suicidarse con veneno, método usual para evitar la humillación
de la derrota. Se clavó una espada.
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