RECUERDOS DE ITALIA, LA PATRIA DE
NUESTROS ANCESTROS, CON ALGUNAS CRÓNICAS MÉDICAS.
Edgardo Malaspina
V
Hoy recorrimos las calles de Roma; tal vez
tuvimos un orden en nuestro paseo, pero en mis recuerdos reina el caos. Las termas de Caracalla no
sólo era un espacio para la diversión, sino también una fuente para mantener la
salud, cuya triada en el mundo grecorromano la conformaban la higiene, las
dietas y el ejercicio físico. Los baños calientes y fríos tomados en las termas
de Caracalla eran un mecanismo para fortalecer las defensas del organismo al
aumentar su capacidad de adaptación. El Circo Máximo , construido en el lugar
donde fueron raptadas las sabinas, recuerda las carreras de carros, pero
también la forma primitiva de conformar una familia, la guerra entre romanos y sabinos y su reconciliación,
hechos que simbolizan la paz como destino final de odio entre los pueblos.
El Palatino , legendaria morada de Remo(754
a.C), luego residencia de Augusto y de los reyes que le sucedieron. Augusto se
hizo amigo de los médicos después que Antonio Musa trató exitosamente sus padecimientos de
reumatismo(10 d.C). Como Musa además de médico era botánico, Carlos Linneo usó
su apellido para denominar a la familia de vegetales parecidos al plátano (Musa
Paradisíaca).
El
Foro, el templo de Hércules y la Fortuna son apenas fugaces visiones llenas de
historia. La Colina del Capitolio, en cuyos terrenos se encuentra la Roca
Tarpeya, alegoría del fin de los traidores: la romana Tarpeya colaboró con los
sabinos en contra de su gente, siendo despreciada por ambos pueblos en pugna y
arrojada desde la roca que lleva triste y vergonzantemente su nombre. El teatro
de Marcelo, construido en honor de Marco
Claudio Marcelo, sobrino de Augusto, quien murió (23 a.C) con sólo 19
años de edad de una enfermedad sospechosamente parecida a un envenenamiento.
Cruzamos la Vía del Corso y llegamos a la Plaza Venecia que alberga las ruinas
del Ateneo de Adriano, quien en el 118 d. C liberó a los médicos del servicio
militar. La Columna de Trajano, la Basílica
de San Juan de Letrán, la primer iglesia del cristianismo,los restos de
la Basílica de Constantino. La leyenda afirma que enfermó de lepra y el
paganismo aconsejaba bañarse en la sangre de tres mil niños, cuyas madres
pidieron clemencia. San Silvestre se le apareció en un sueño y lo curó, motivo
por el cual se convirtió al cristianismo.
Las murallas aurelianas para defender la ciudad de los bárbaros.
La tumba-pirámide de Cayo Cestio, quien la mandó
a construir en tiempos de la egiptomanía que envolvió a Roma tras los
escándalos de Cleopatra.
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