Dejamos la góndola para caminar la Ribera de
los Schiavoni, un paseo largo y amplio lleno de pequeños establecimientos comerciales
y punto de partida para entrar y salir
por las callejuelas de Venecia. En cada oportunidad te da la impresión de
ya haber estado en ese lugar, es una forma peculiar de deja vu veneciano; pero
luego caes en la cuenta de que es nuevo. Casi todos los puestos de suvenires
tienen sus máscaras y sus pinochos, de
diferentes tamaños y colores. Carlos Collodi, el escritor florentino autor del
famoso cuento del muñeco de madera, para hilvanar su relato tomó la idea del
homúnculo o ser diminuto fantástico que
luego crece y se convierte en humano. Cuando Anton van Leeuwehoek en 1677 perfeccionó el microscopio pudo ver
los espermatozoides. Nicolas Hartsoeker en 1694 también los vio pero pensó que
eran los homúnculos, individuos pequeñitos con grandes cabezas. Surgió así en
la embriología del siglo XVII la teoría del preformismo, muy en correspondencia
con los conceptos mecanicistas de la época, y según la cual el germen se encuentra ya
formado el homúnculo con las propiedades y los caracteres del organismo adulto.
Esta idea fue derrotada por la epigenética que concibe el organismo como una nueva formación que se
desarrolla gradualmente hasta llegar a su estado de embrión maduro.
Luego
de caminar por callejuelas sin rumbo fijo llegamos a la Plaza de San Marco. Las
palomas se acercan y se posan sobre los hombros de los turistas. Una argentina
solitaria nos aborda y dice que aquí surgieron las primeras transacciones bancarias: el hombre de negocios se sentaba
en un banco y hacía sus operaciones mercantiles con sus clientes. Si por alguna
circunstancia las cosas no andaban bien con el dinero y se arruinaba, entonces
agarraba el banco y lo sacudía contra el suelo, es decir quebraba el banco que
era su lugar de trabajo. Fíjense, dice la argentina riendo, esta plaza encierra la historia de devaluación de la
honestidad comercial. Antes el mercader
mostrabas honradamente la condición de sus bolsillos para no engañar a
sus clientes, ahora se recurren a todas las artimañas para ocultar la verdad,
no importa que su economía esté por el suelo.